La cartera de la dama volver


Los hombres están cada vez más estupefactos de dos capacidades:
a) La capacidad de las mujeres para guardar porquerías en sus bolsos.
b) La capacidad de los bolsos para poder guardar en su interior tantas porquerías.

Viene al caso lo anterior, porque no creo que exista hombre sobre la tierra que, entregando a la puerta de su casa a la querida, amada o simpática acompañante, no haya vivido la experiencia de ver como ellas inician la importantísima y difícil tarea de buscar sus llaves.

El primer paso altamente tecnificado de esta operación, consiste en sacudir el bolso, dado que si al hacer este estrepitoso ejercicio, suenan en el interior un conjunto de llaves, es que por ahí deben de estar.

No conozco, hasta la fecha, mujer que no ejecute este primer paso. Es de ley. Suenen o no suenen las llaves, la mujer pasa a la segunda fase, o sea, la etapa táctica. Le llamo táctica no por estratégica, sino porque metiendo su mano en el bolso y a base de puro tacto, van buscando por todo el interior las dichosas llaves.

Aquí es donde los hombres nos quedamos perplejos como lo indica el inciso (B) antes mencionado, pues aparecen:

  • Cepillo para el cabello
  • Rimel
  • Polvera con espejo integrado (normalmente, el espejito está hecho un asco, parece vitrina de carne en bodega)
  • Agenda
  • Lapiceras (2 cuando menos y una de ellas no sirve)
  • Pequeña cartera con fotos de la familia

A estas alturas del inventario, uno espera que aparezca una bazooka o un machete del interior del mencionado bolso.

Pero continúa:

  • Encendedores (3, uno de la dueña del bolso, uno que no sirve y uno más del cual se desconoce su origen). Hago la aclaración de que el hecho de que traigan encendedores no implica que la portadora fume como una loca. Lo usan para calentar la punta del lápiz delineador. Todo tiene un porqué en esta vida.
  • Lapiz labial (por lo menos 2). Entiéndase dos tonos distintos.
  • Revista
  • Teléfono celular (que nunca oyen, por estar en el interior)
  • Estuche con lentes para el sol
  • Lentes graduados
  • Costurero portátil
  • Pinzas depiladoras (ver conclusiones)
  • Lapiz delineador
  • Bolsita con kleenex
  • Estampita del San Francisco Fulano
  • Miniparaguas
  • Crema para las manos
  • Pinzas rizadoras de pestañas (me he enterado que algunas usan, en caso de no contar con las pinzas, una cuchara. Lo anterior implica que los fabricantes de cucharas piensan, próximamente, vender sus artículos en el departamento de belleza de los almacenes)
  • Cigarros (algunas incluso llevan cigarrera)

Después de realizada esta labor de inventario, se concluye, por fin, que en el interior del bolso no están las llaves. Resulta ser que las llaves aparecen en el bolsillo de su campera o de sus jeans.

CONCLUSIONES:

  1. Es comprensible que cuando las mujeres salen de viaje por dos días carguen seis valijas.
  2. Es normal que los médicos atienden cada vez más casos de mujeres con lesiones en hombro y clavícula. Como solución, algunas están usando una mochila cargada en la espalda y los tirantes van en ambos hombros. Así se reparte la carga entre los dos. Lo anterior puede provocar que las mujeres carguen más cosas que para ellas son indispensables y que por consiguiente, el proceso de búsqueda de las llaves se alargue. Tengamos paciencia.
  3. Hay que tener cuidado con las mujeres, pues de un bolsazo nos pueden despachar al mas allá.
  4. La mujer no solo se depila en casa, pues de lo contrario no tendría caso cargar con las pinzas depiladoras. Más de un mortal accidente en la autopista podría tener sus orígenes en que alguna chica disponga arrancarse pelitos no deseados al mismo tiempo que maneja su coche.